Entre el Cerro y Pastelero
La Barriada Pastelero tiene una hermana gemela,
Que es Santa María del Cerro, siempre la tuvo a su vera.
Entre el Cerro y Pastelero, la escuela que entonces había,
Era en el cortijo el Cerro, en la cámara que había.
Allí vino una maestra, que la Alba le llamaban,
Que con muletas de palo, la pobre se manejaba.
Allí existía un pupitre, y una tabla por detrás,
Una pluma pa escribir, y un tintero pa mojar.
y los libros que allí había, los recuerdo todavía,
Cartilla y un manoescrito, y una enciclopedia que había.
y esa era la carrera, que en ese tiempo estudié,
Sabiendo las cuatro reglar, con eso ya estaba bien.
Yo de pequeño era listo, y lo deben de saber,
Porque en dos años de escuela, la carrera terminé.
Yo hice las oposiciones, en el Tajón del Palmar,
Segando berza y mangarra, el trigo y la cebá.
Como soy un hombre humilde, no me gusta presumir,
Yo no le encuentro bajeza, a la carrera que aprendí.
Yo me gusta hablar del campo que fue donde me he criao,
Comer en lo alto de una piedra, es lo que más me ha gustao.
Amo la naturaleza, y me gusta respetar,
Que de ella pendemos todos, y se debe recordar.
Me gusta escuchar los trinos, de los pájaros cantores,
Sentao debajo de un almendro, y contemplando sus flores.
Yo siempre fui por la vida, con la cara levantá,
Fue la herencia de mis padres, y la quiero conservar.
No digo que sea un santo, porque entonces mentiría,
Yo soy un hombre normal, de tantos que hay en la vida.